El premio PSN de la Real Academia de Medicina de Zaragoza a la sensibilidad humana del ejercicio médico recayó en Manuel Millán, como reconocimiento a toda una vida dedicada a la Atención Primaria rural. Desarrolló una labor muy próxima a la persona y su entorno, focalizándose en la atención domiciliaria de pacientes frágiles con múltiples patologías. Tras su jubilación, siguió desarrollando acciones de voluntariado que le han llevado a países como Camerún o República de Chad. Con la pandemia, pidió su incorporación voluntaria para poder pasar consulta en su centro de salud hasta que la situación se estabilizó.