Aviso del Instituto de Cuentas.
El 19 de junio de 1971, el mencionado Instituto emite un informe de 48 folios y 28 anexos cuya conclusión arroja graves reparos a la cuantía, significación y saldos de cuentas del balance de resultados. De la Fuente, que ya había comenzado a adoptar las primeras medidas de reorganización administrativa, convoca una Asamblea de Mutualistas que apruebe definitivamente la pretendida revitalización de la Entidad.
La esperada cita se celebra el 2 de julio de 1971 y sus resultados son alentadores: la Dirección General de Sanidad, como hace unos años, vuelve a ratificar la constitución legal del nuevo Consejo de Administración, cuya principal misión será reformar los estatutos de PSN y habilitar una administración gerencial y dos asesorías, un jurídica y otra actuarial, que garanticen el buen funcionamiento de la Entidad.
Los estatutos vigentes datan de 1944. Parece evidente la necesidad de la reforma, pero la tarea es peliaguda. De hecho, el anteproyecto redactado, inicialmente concebido para su discusión en la Asamblea de diciembre de 1972, es retirado debido a que no resulta satisfactorio para todos los sectores.
Para no aparcar del todo el asunto, el Consejo traslada a los asambleístas una pregunta, muy ilustrativa del cruce de caminos en el que se encuentra la Entidad: “El proyecto de reforma de Estatutos, ¿debe mantener la tradicional vinculación de PSN con las organizaciones colegiales que le dieron vida, le prestan inapreciable ayuda espiritual, administrativa y económica y mantienen el espíritu de fraternidad, a la vez que posibilitan la solidaridad obligatoria entre todos los sanitarios de España, o es más conveniente hacer tabla rasa de ello y adaptarse estrictamente a la Ley y Reglamento de Mutualidades con rigurosa juricidad?
La Asamblea se pronuncia unánimemente a favor de la permanencia de la vinculación de PSN con las organizaciones colegiales. En febrero de 1974 vuelve a abordar el tema: esta vez, los asambleístas disponen de un proyecto de reforma que desata una encendida discusión sobre la representatividad de la Asamblea, la participación de los mutualistas -que por entonces son más de 63.000- y la proporcionalidad entre órganos de gobierno y administración. Finalmente, se opta por recoger todas las enmiendas y comentarios y elaborar un nuevo proyecto de reforma, que se presenta otra vez a la Asamblea en diciembre.
El presidente De la Fuente declara que “se ha dado una nueva redacción de los Estatutos intentando un aperturismo inédito en la historia de la Mutualidad”, usando seguramente a propósito un término rabiosamente actual en la situación política española: Franco está muy enfermo y el régimen comienza a desmoronarse entre incontenibles signos de apertura social y política. Además, el nuevo texto consagra el cambio del gobierno designado por los consejos de colegios por otro consistente en la mayoría absoluta electiva en la Asamblea y en el Consejo de Administración, y recoge minuciosamente todas las prescripciones legales del momento. “Los estatutos son los más completos de cuantos regulan las mutualidades en España, pues sintetiza a todos”, remacha De la Fuente. El 21 de junio de 1975 se celebra una Asamblea extraordinaria que aprueba los estatutos.
Se cierra así un dilatado proceso que abre la puerta a una nueva Entidad. Pero durante la década de los setenta los cambios no son sólo normativos. Mientras se producía la discusión de los estatutos, el presidente De la Fuente impulsaba sus otros proyectos de modernización tales como la reorganización técnica y administrativa y el saneamiento financiero; se producía la definitiva incorporación de la profesión farmacéutica, con carácter obligatorio tras la disolución de la Caja de Previsión y Socorro del Cuerpo Farmacéutico; se mejoraban las prestaciones y se creaban nuevas coberturas (accidentes personales, amortización de préstamos, orfandad, financiación de vehículos.)
AMF-AT sigue preocupando y también el seguro de intervenciones quirúrgicas, pero no impiden el planteamiento de nuevos proyectos como una sociedad de inversión inmobiliaria y cooperativas de crédito y de vivienda. Alfonso de la Fuente deja su puesto a José María Artamendi el 25 de febrero de 1977.
En junio de ese año, los españoles votan por primera vez después de más de cuarenta años de dictadura. La España contemporánea se abre paso y en ella viaja una nueva PSN que aún tiene por delante muchos retos y propósitos por conseguir.