Necesidad de una unión profesional
De aquí surgió una necesidad real de unión profesional, no sólo en los médicos, sino en todos los sanitarios. Unión para reafirmar el natural sentimiento de sociabilidad humana y para defender el espíritu de su ministerio, pero también para aliviar la inseguridad económica y el escaso rendimiento del ejercicio profesional.
Hubo algunas iniciativas meritorias que trataron de plasmar en la práctica esa aspiración de unidad y ayuda mutual. Pero su irrelevancia social y su modesto alcance, en ocasiones provocado por el individualismo de sus propios componentes, fueron obstáculos demasiado grandes para que se pudieran consolidar.
En la base del fracaso de estos movimientos se escondía lo que años después Pérez Mateos acertó a modificar: estas asociaciones eran voluntarias y no solventaban en modo alguno la imprevisión humana; tenían carácter privado y, al no disponer del respaldo legal del Estado, se desarrollaban en régimen lucrativo de compañías mercantiles que establecían primas muy altas que, para más inri, no permitían cubrir convenientemente todas las necesidades inicialmente cubiertas.