Historia

Ambición y amplitud de miras (1930-1960)

Presidencia de Manuel Bermejillo

Pese a los complicados inicios, sobre todo en el período de la Guerra Civil, Previsión Médica Nacional se consolida como mutualidad gracias a una sana ambición de servicio y a una incesante amplitud de miras. La prolongada gestión del presidente Manuel Bermejillo permite a la Entidad atraer a nuevos profesionales sanitarios –de ahí el cambio de nombre por el de Previsión Sanitaria Nacional- y acometer nuevos productos y líneas de actividad para cubrir cualquier contingencia que pueda preocupar a sus mutualistas.

Poco más de tres meses después de la aprobación de los nuevos estatutos de la Organización Médica Colegial, que abrían la puerta a la creación de una entidad “que cubriera los riesgos de los profesionales inválidos, sus viudas y huérfanos”, el Ministerio de la Gobernación aprueba el reglamento, la constitución y funcionamiento de Previsión Médica Nacional (PMN). El día queda grabado para la historia: 9 de mayo de 1930. El nueve también aparece en otro hecho para el recuerdo: en ese número de la calle Licenciado Cascales, de Murcia, se ubica la primera sede social de la nueva Entidad.

El reglamento, en un alarde de ambición que después se concretará en realidad, recoge como fin remoto de PMN “abarcar todos los aspectos de la previsión, con la máxima garantía de la más potente sociedad de seguros y las evidentes ventajas de economía y equidad de una mutual”. La aspiración es entonces atrevida, puesto que PMN inicia sus actividades con sólo dos secciones – invalidez y vida- y cuatro tipos de asociados –fundadores, numerarios, protectores y honorarios. Las cuotas iniciales son también modestas: diez céntimos para invalidez y cinco pesetas para vida, mediante abonos mensuales.

Presidente D. José Pérez Mateos
Secretario Tesorero D. José Egea
Vocales D. Lorenzo García Tornel
D. Juan de la Rosa
D. Dacio Crespo
D. Juan Cogollos
D. José Luis Durán
D. Nicasio Cimas
D. José Lomas
D. Manuel Pardo
D. Victoriano Juaristi
D. Manuel Iñigo

Los ocho primeros vocales se reúnen el 6 de julio de 1930 en la primera sesión del órgano directivo, en el que está presente de manera extraordinaria José Alberto Palanca, director general de Sanidad, que pronuncia palabras de elogio por la constitución de PMN y, en especial, alude a la labor de Pérez Mateos como su principal promotor. El Consejo admite las solicitudes de médicos llegadas hasta la fecha y se propone estudiar los EL IMPULSOR. Presidente José Pérez Mateos expedientes para formalizar las primeras adscripciones a PMN. Palanca, también médico, es reconocido como el primer mutualista. Menos de medio año después, los asociados alcanzan los cinco mil.

El primer subsidio abonado por PMN se produce tras el fallecimiento, el 2 de enero de 1931, de Jaime Llopis, mutualista de Sagunto (Valencia) que se había incorporado a la Entidad en octubre de 1930 pagando 108 pesetas en concepto de cuota de entrada y depósito reintegrable. El 17 de febrero su viuda firma el recibo del subsidio, en lo que constituye el primer ejemplo de la esencia de PMN: cubrir el presente para asegurar el futuro.

“¿A qué se debe este hecho inverosímil?” –se preguntan entusiasmados los promotores de la Entidad-. “A los milagros del mutualismo, de la unión entusiasta. PMN no es sólo una obra grandiosa sino un ejemplo vivo de que los médicos pueden, cuando quieren, resolver brillantemente sus problemas”.

El éxito de la iniciativa llama la atención de otros profesionales sanitarios como farmacéuticos, veterinarios y odontólogos. En junio de 1932, la Asamblea de PMN abre la puerta con solemnes razones: “De largo tiempo debieran existir –es torpe no haberlo hecho- lazos de afecto y unión inquebrantable entre tales colectividades en bien de la salud pública y en beneficio de los sanitarios españoles”. Un año después, una orden ministerial permite el acceso facultativo a odontólogos y farmacéuticos. Pero la plena incorporación habría aún de aguardar unos años.

La Guerra Civil aboca a Previsión Médica Nacional a su división, como ocurre con el país entero. Los servicios centrales quedan en zona republicana, en Murcia, al cargo de una autodenominada Junta Provisional de Incautación y Administración, que celebra su primera reunión el 12 de septiembre de 1936 y en la que se adoptan decisiones más técnicas, sobre la actividad propia de la Entidad, que políticas –lo esperado en los complicados tiempos que corren-. Preside la junta José Torre.


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