Elección del todo democrática.
Tras no pocas resistencias de las organizaciones colegiales y de los asambleístas, PSN acepta el signo de los nuevos tiempos y aprueba sus estatutos definitivos en 1984. Se abre entonces un dilatado proceso electoral que culmina con la elección de José María Artamendi como el primer presidente de PSN elegido en su totalidad por las bases mutualistas. Sin haber transcurrido una semana de su histórica elección, Artamendi muere repentinamente en las postrimerías de 1984.
El Consejo de Administración elegido vota de nuevo para elegir otro presidente: vence con claridad José Luis Gutiérrez Herrero, presidente del Colegio de Médicos de Palencia. Igual que hizo su antecesor, el nuevo presidente afronta los problemas y desafíos de la Entidad desde el principio, sin apenas dejar tiempo a una natural toma de situación. Su primera preocupación son las pensiones, que no terminan de satisfacer a los mutualistas en un entorno de creciente pérdida de poder adquisitivo, en el que surgen los primeros síntomas de desequilibrio en la Seguridad Social. A ello se añaden las primeras bajas significativas en el colectivo como consecuencia de las dudas sobre la obligatoriedad. El consejero José Paz, como hizo al inicio del mandato de Artamendi, vuelve a avisar: “Si las bajas superan a las altas, el futuro, más que incierto, es pésimo. Hemos de ser competitivos, olvidando que la época de la obligatoriedad colegial y de PSN quizá toque a su fin“. A 31 de diciembre de 1985 PSN dispone de 126.384 mutualistas.
Gutiérrez Herrero sabe que la nueva situación de la normativa aseguradora, que aún no está del todo definida en nuevas materias como los fondos y planes de pensiones, obliga a PSN a tomar una postura activa de cara a la búsqueda de nuevos mutualistas y, lo que parece más perentorio, al mantenimiento de la cartera actual. El nuevo presidente tampoco pierde de vista el proyecto pendiente, y cada vez más demandado por los profesionales, de crear un seguro de responsabilidad civil y el futuro del seguro voluntario de automóvil, que aún sigue gestionando PSN.
El 26 de junio de 1986, antes de que se promulgue la esperada ley de fondos de inversión, queda constituida PSN Gestión, con un capital inicial de 100 millones de pesetas. Con esta sociedad gestora, PSN pretende brindar a sus mutualistas la posibilidad de dirigir el futuro de su jubilación y, lo que es más importante, determinar su cuantía con antelación suficiente. No es la única novedad en la cartera de productos de PSN: seguros de responsabilidad civil general y profesional; de incendio; de robo; de cristales, y un combinado de hogar-vida. “PSN ha de ser atractiva”, insiste Gutiérrez Herrero.
La adaptación a los nuevos tiempos parece que ha sido vertiginosa. Pero éste no es, ni muchísimo menos, el ritmo en el que la Administración toma decisiones. La última vuelve a perjudicar notablemente a PSN, que finalmente no puede comercializar sus nuevos seguros. El presidente no se amilana y convoca una asamblea extraordinaria para aprobar la constitución de una mutua que le permita ponerlos a disposición del colectivo. Nace así PSN Seguros GeneralesS.A. Paralelamente, se produce el traspaso de la cartera del seguro voluntario de automóvil a AMA. PSN prescinde obligadamente de un producto que le obligaba a fortalecer ostensiblemente sus reservas y mantiene de esta manera la buena salud de su patrimonio.
La ley del seguro también impone una actualización de las provisiones de las que disponen las entidades para hacer frente a sus compromisos. Gutiérrez Herrero encarga a Arthur Andersen una auditoría contable para conocer en detalle el estado de las cuentas y saber cuál es el esfuerzo que habrá de hacer la Entidad para adaptarse a la normativa vigente. Lamentablemente, las conclusiones de la auditoría, que desvelan defectos organizativos en PSN, son publicadas por un diario nacional, causando gran alarma en los mutualistas. El presidente calma al colectivo asegurando que los defectos son de sobra conocidos y que ya se han puesto las posibles soluciones en marcha, entre ellas “una valoración patrimonial real que sirva de punto de partida para alcanzar las reservas que dispone la ley”.
Dicho y hecho. Gutiérrez Herrero anuncia a primeros de 1988 que PSN adecuará sus reservas en el plazo de un año. Además, adelanta que no se presentará a las elecciones con las que se cerrará el presente ejercicio. Cuando todo parecía definitivamente calmado para emprender un nuevo proceso electoral, determinada prensa vuelve a irrumpir, inopinadamente, en la vida interna de la Mutua. El presidente explota en un editorial publicado en la revista de PSN, en septiembre de 1988: “Como ya no se nos puede desprestigiar ni atacar por este camino [el citado de la auditoría de Arthur Andersen] se ha iniciado otro en el que concurren la falta de visión de algunos, la ambición de otros, la actitud política de determinados partidos y sindicatos y la animadversión de alguno. Aprovechan todos estos grupos la circunstancia de una convocatoria electoral para tratar, nuevamente, de arruinar a las personas y atacar a la Mutualidad”.